Cuando somos protagonistas de la creación o del manejo de un negocio, no podemos olvidar de ninguna manera el estudio de nuestros futuros clientes al momento de elaborar nuestro plan de marketing. Empecemos conociendo a nuestro cliente como consumidor universal.

Definición  de Cliente:

“El cliente es una persona, empresa u otra entidad que adquiere algún bien o servicio producido por otra persona, empresa u otra entidad”

Si somos una empresa con fin lucrativo, entonces, cuando una entidad adquiere nuestro producto o servicio debe hacer un determinado pago por su adquisición, este pago genera ganancias para la empresa, es por ello que si deseamos mayores ganancias debemos de contar con mayores clientes pero clientes estables.
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Ahora procedamos a conocer las diferentes personalidades de nuestros clientes cuando están en el punto de venta.

Pero, en el mercado es casi imposible acceder al gran número de clientes, ¿cómo lidiar con ello?, para esto debemos segmentar a los clientes con características similares, y así poder tomar decisiones al momento de interactuar con ellos.

Veamos los más interesantes Tipos de clientes:
  • El cliente difícil, es aquel cliente muy exigente y usualmente no queda satisfecho con el producto.
  • El cliente amigable, es el cliente amable, cortés y conversador.
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  • El cliente tímido, es  introvertido, inseguro e  indeciso al momento de realizar la compra.
  • El cliente agresivo, este tipo de cliente es aquel que desea un servicio a su manera, y si su idea predeterminada del negocio no concuerda con la realidad de la tienda, puede irritarse y cometer imprudencias tanto físicas como psicológicas con los miembros de atención al cliente.
  • El cliente impulsivo, es aquel quien realiza una compra según las bondades que encuentra en el momento, usualmente no necesita mucho tiempo para realizar la compra de un producto.
  • El cliente errante, este es el tipo de cliente que  prefiere visitar más de una tienda para encontrar el producto  ideal.
Tengamos en cuenta que el aspecto psicológico influye grandemente en nuestros clientes al momento de la compra, existen consumidores que pertenecen a un tipo de cliente y en otro momento no, eso también depende de las circunstancias que suscitaron en su entorno durante el día de compra.

Ahora que conocemos un poco más de la personalidad de nuestros clientes, podemos tomar decisiones respecto al servicio o la fidelización de un cliente.

Los clientes siempre tienen la razón, pero, ¿Qué pasa cuando realmente no la tienen?, acompáñanos y descubre la respuesta, en nuestras siguientes publicaciones, hasta pronto…!
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