Charles Perrow es uno de los que consideran que resulta imposible alcanzar el tipo de organización ideal de Weber, debido a que las organizaciones son esencialmente sistemas sociales formados por personas, quienes no existen sólo para sus organizaciones; en éstas coexisten la vida profesional del funcionario y sus intereses personales. Los funcionarios no son seres exclusivamente burocráticos y las organizaciones reflejan las imperfecciones de los seres humanos.

Además de cuestionar el tipo ideal de Weber, Perrow señala cuatro problemas que presentan las organizaciones formales: particularidad, satisfacción de intereses personales, exceso de reglas y jerarquía.
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PARTICULARISMO

Particularismo es lo que sucede cuando las personas llevan a las organizaciones los intereses de los grupos en que participan fuera de ellas. Cuando alguien tiene algún vínculo con un grupo cualquiera, fuera de la organización, puede llevarlo hacia dentro de ella. Perrow señala varios casos de particularismo, desde los grupos de individuos formados por una misma escuela hasta la situación en que el funcionario contrata los servicios de una empresa porque el propietario y él se frecuentan en la
misma iglesia o el mismo club.

SATISFACCIÓN DE INTERESES PERSONALES

Satisfacer los intereses personales consiste en usar a la organización para los fines propios del funcionario y no de un grupo, que es la disfunción anterior. Los políticos y los jueces designan a parientes para trabajar como asesores, mientras que los compradores de empresas industriales reciben regalos de los proveedores.
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EXCESO DE REGLAS

Las organizaciones formales son sistemas que controlan el comportamiento de las personas por medio de reglas. Éstas son necesarias para uniformar la conducta y garantizar la igualdad de trato. No obstante, con frecuencia dichas organizaciones exageran e intentan reglamentar todo lo que sea posible en torno del comportamiento humano, desde el formato de correspondencia y el horario de trabajo hasta los sellos y las firmas que debe llevar un documento para que el individuo pueda recibir su remuneración.

En un intento por prever y controlar todo, las organizaciones formales crean un exceso de reglas y funcionarios para vigilar el cumplimiento de las mismas. La burocracia se convierte en sinónimo de complicaciones para el usuario y muchas veces permite, como ya lo consagró el folclor, que los funcionarios deshonestos creen dificultades para vender facilidades.
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JERARQUÍA

La jerarquía, según Perrow, es la negación de la autonomía, la libertad, la espontaneidad, la creatividad, la dignidad y la independencia. La jerarquía hace que las personas busquen orientación o aprobación en quien se encuentra en una posición superior, a fin de no errar, con lo que se promueve la rigidez y la timidez. Los individuos temen transmitir malas noticias o sugerencias de mejora a los niveles jerárquicos más altos, porque eso podría significar que el jefe debería haber pensado en las innovaciones pero no lo hizo. Así pues, ascender en la jerarquía puede depender mucho más de la habilidad que del talento.