La escuela de calidad surgió en la década de 1920 y tuvo un desarrollo paralelo al de las demás escuelas hasta mediados del siglo XX, cuando se unió a otros conceptos y se convirtió en un enfoque sistémico.
Los episodios principales de este desarrollo son los siguientes:
1920: Línea de montaje, control estadístico de la calidad
1940: Segunda Guerra Mundial, control estadístico de la calidad
1950: El control de la calidad llega a Japón por medio de Deming
1960: Calidad total de Feigenbaum e Ishikawa
1980: Calidad asegurada, auditoría de la calidad, normas ISO
Actualidad: Calidad como estrategia de negocios
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A principios del siglo xx, la producción en masa hizo necesario producir piezas en grandes cantidades, como tornillos prácticamente idénticos, de modo que cada uno pudiera montarse en cualquier producto en forma indiferente.
La calidad era entonces, como siguió siendo hasta mediados de ese siglo, una cuestión de uniformidad. Administrar la calidad significaba controlar la calidad para detectar productos o servicios defectuosos. Como no era posible inspeccionar todos los millones de piezas producidas, se inventó el muestreo.
El control de calidad se sistematizó y comenzó a recibir la aplicación de la estadística. El pionero de esa aplicación fue Walter A. Shewhart, quien en 1924 preparó el primer borrador de lo que se conocería como la carta de control, una herramienta que hasta la fecha se utiliza en gran medida. El control estadístico de la calidad no garantizaba la calidad de los productos y servicios inspeccionados; sólo detectaba los defectos. Probablemente, cuando se oía anunciar “aprobado por nuestro control de calidad”, la conclusión era “no se encontró ningún defecto” o “los productos defectuosos se separaron y sólo se están vendiendo los mejores”.
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La Segunda Guerra Mundial fue el gran impulsor del control estadístico de la calidad. Al necesitar grandes cantidades de objetos con elevados patrones de calidad, las Fuerzas Armadas estadounidenses adoptaron procedimientos científicos de inspección por muestreo e instituyeron un programa de capacitación, destinado al personal de la industria bélica y a los compradores del ejército. Esos cursos se difundieron de inmediato, atrayendo a numerosos profesores universitarios que deseaban prepararse para dar clases de control de calidad.
Una de las figuras importantes de ese movimiento fue William Edwards Deming, quien se convertiría en un gurú de la calidad en la década de 1980 y quien se hizo famoso cuando se supo que él había sido el responsable de ayudar a establecer una cultura de la calidad en Japón, a mediados del siglo xx.
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