El papel y el trabajo de los gerentes son temas centrales en el estudio de la administración. Chester Barnard (1886-1961), quien en su libro “Las funciones del ejecutivo”, de 1938, expone las ideas que llegarían a ser dominantes en el estudio de la administración durante las décadas siguientes.


La eficiencia, la eficacia, el equilibrio dinámico con el ambiente externo y la autogestión son algunas de sus ideas más importantes sobre las organizaciones y los gerentes.

Barnard fue un ejecutivo estadounidense que publicó en 1938 su obra más conocida: Las funciones del ejecutivo. Según Barnard, la parte esencial del trabajo del ejecutivo no es dirigir personas, pues éstas deben dirigirse a ellas mismas cuando trabajan bajo un régimen de cooperación.
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Las funciones del ejecutivo abarcan tres responsabilidades principales:

1. Desarrollar y mantener un sistema de comunicación con la organización informal, como estrategia para posibilitar la eficacia de la organización formal. Se le reconoce a Barnard el énfasis que dio al manejo de la organización informal, lo que podría llamarse hoy en día la cultura organizacional. Esta función involucra:

a. Diseñar un esquema organizacional.
b. Seleccionar, incentivar y controlar al personal ejecutivo.
c. Manejar la organización informal para conseguir la compatibilidad del personal.

2. Promover la formación y el mantenimiento de un sistema de recursos humanos, incluyendo la motivación de las personas, por medio de incentivos eficaces. La obtención de los servicios de los individuos –la dirección propiamente dicha– se logra a través de:

a. Establecer relaciones cooperativas entre los individuos y la organización.
b. Inducir los servicios de las personas a través del pago de incentivos, la persuasión y la negociación.
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3. Formular y definir los propósitos, objetivos y fines de la organización, lo que incluye enseñar a los funcionarios operativos los propósitos generales y las grandes decisiones, de modo que permanezcan con una actitud coercitiva y sean capaces de tomar decisiones finales y detalladas en forma coherente. La formulación del propósito y los objetivos –curiosamente puesta por Barnard al final– involucra:

a. Establecer el propósito de la organización.
b. Dividir el propósito en objetivos y acciones concretas a realizar.
c. Delegar autoridad y asignar responsabilidad del logro de los objetivos y la realización de las acciones.

El esquema de Chester Barnard recuerda mucho el esquema de Fayol, que también fue un experimentado ejecutivo y que originó el conocido concepto del proceso administrativo.  El esquema de Barnard no enfatiza demasiado el control, pero da gran importancia a la motivación para lograr los objetivos con eficacia y eficiencia.
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