Los activos circulantes incluyen efectivo y otros activos que son convertibles en efectivo, por lo común dentro del ciclo de operación de la compañía. Un ciclo de operación, es la cantidad de tiempo desde el compromiso de efectivo para las compras hasta la cobranza del efectivo resultante de las ventas de bienes o servicios. Es el proceso mediante el cual una compañía convierte el efectivo en activos a corto plazo y de nuevo en efectivo como parte de las actividades de operación continuas. En el caso de una compañía de fabricación, esto implicaría la compra de materia prima, convertirla en bienes terminados y después venderlos y cobrar el efectivo de las cuentas por cobrar.

El efectivo representa el punto de partida y el punto final del ciclo de operación. Éste se utiliza para clasificar los activos (y los pasivos) ya sea como circulantes o como no circulantes. Se espera que los activos circulantes se vendan, se cobren o se utilicen en el transcurso de un año o del ciclo de operación, lo que sea mayor. Los ejemplos comunes son efectivo, equivalentes de efectivo, cuentas por cobrar a corto plazo, valores a corto plazo, inventarios.

El exceso de activos circulantes sobre pasivos circulantes se conoce como capital de trabajo. El capital de trabajo es una espada de doble filo (las compañías necesitan capital de trabajo para operar en forma eficaz; sin embargo, el capital de trabajo es costoso ya que se debe financiar y puede implicar otros costos de operación, como pérdidas de crédito sobre cuentas por cobrar y costos de almacenamiento y logística para los inventarios).

Muchas compañías tratan de mejorar la rentabilidad y el flujo de efectivo reduciendo la inversión en activos circulantes por medio de métodos, como colocación y cobranza de cuentas por cobrar y administración justo a tiempo del inventario. Además, las compañías tratan de financiar una gran porción de sus activos circulantes por medio de pasivos circulantes, como cuentas por pagar y acumulaciones, en un intento de reducir el capital de trabajo.

1) Efectivo y equivalentes de efectivo

El efectivo, el activo más líquido, incluye moneda y fondos disponibles en depósito. Los equivalentes de efectivo son inversiones a corto plazo altamente líquidas que:

1) se convierten fácilmente en efectivo y
2) están tan cerca del vencimiento que tienen un riesgo mínimo de cambios de precios debidos a movimientos de la tasa de interés. Estas inversiones por lo común tienen vencimientos de tres meses o menos.

Algunos ejemplos de equivalentes de efectivo son letras de tesorería, papel comercial y fondos del mercado de dinero a corto plazo. Los equivalentes de efectivo a menudo sirven como depósitos temporales del exceso de efectivo.

El concepto de liquidez es importante en el análisis de estados financieros. Por liquidez se entiende la cantidad de efectivo o equivalentes de efectivo que tiene disponible la compañía y la cantidad de efectivo que puede reunir en un periodo breve. La liquidez proporciona flexibilidad para aprovechar las condiciones cambiantes del mercado y para reaccionar ante las acciones estratégicas de los competidores. La liquidez también se relaciona con la capacidad de una compañía de cumplir sus obligaciones a medida que vencen. Muchas compañías con balances sólidos (donde existe un capital propio considerable en relación con los activos totales), pueden no obstante enfrentar serias dificultades debido a su falta de liquidez. Las compañías difieren ampliamente en cuanto a la cantidad de activos líquidos que llevan en sus balances.
En general, las compañías en una industria dinámica requieren una creciente liquidez para aprovechar las oportunidades y reaccionar ante un panorama competitivo que cambia rápidamente. Además de examinar la cantidad de activos líquidos disponibles para la compañía, los analistas deben considerar también lo siguiente:

1. Según el grado en que se inviertan los equivalentes de efectivo en valores de capital, las compañías se arriesgan a una reducción en la liquidez en caso de que disminuya el valor de mercado de esas inversiones.

2. En ocasiones se necesita mantener efectivo y equivalentes de efectivo como saldos compensatorios para respaldar los arreglos de préstamos existentes, o como colateral del endeudamiento.

2) Partidas por cobrar

Las partidas por cobrar (derechos) son cantidades adeudadas a la compañía que provienen de la venta de productos o servicios, o de anticipos (préstamos de dinero) a otras compañías. Las cuentas por cobrar se refieren a las cantidades adeudadas a la compañía que se originan de las ventas de productos o servicios.

Los pagarés por cobrar se refieren a promesas formales por escrito de endeudamiento vencido. Algunas otras partidas por cobrar a menudo requieren revelaciones separadas por fuente, incluyendo las partidas por cobrar de compañías afiliadas, funcionarios corporativos, directores de la compañía y empleados. Las compañías pueden establecer partidas por cobrar sin la facturación formal de un deudor. Por ejemplo, los costos acumulados conforme a un contrato de costo más honorarios fijos o algunos otros tipos de contratos por lo común se registran como partidas por cobrar cuando se ganan, aunque todavía no se facturen al cliente.

De igual manera, las reclamaciones de reembolsos de impuestos a menudo se clasifican como partidas por cobrar. Las partidas por cobrar clasificadas como activos circulantes son las que se espera recaudar en el transcurso de un año o ciclo de operación, el que sea más largo.

a) Valuación de partidas por cobrar

Es importante analizar las partidas por cobrar debido al efecto sobre la posición de los activos y el flujo de ingreso de una compañía. Estos dos efectos están interrelacionados. La experiencia señala que las compañías no cobran todas las partidas por cobrar. Aun cuando las decisiones acerca de la cobranza se pueden tomar en cualquier momento, la posibilidad de cobranza de las partidas por cobrar en conjunto se estima mejor basada en la experiencia pasada, con la debida consideración de las condiciones actuales de la economía, la industria y el deudor.

El riesgo en este análisis es que la experiencia pasada podría no ser un factor de predicción adecuado de las futuras pérdidas, o que no se consideren las condiciones actuales en su totalidad. Las pérdidas derivadas de las partidas por cobrar pueden ser considerables y afectar tanto los activos circulantes como la utilidad neta actual y futura.

En la práctica, las compañías registran las partidas por cobrar a su valor neto realizable, es decir, la cantidad total de partidas por cobrar menos una asignación para cuentas incobrables. La administración estima la asignación para las cuentas incobrables basándose en la experiencia, los bienes del cliente, las expectativas de la economía y la industria, y las políticas de cobranza. 
Las cuentas incobrables se cancelan contra la asignación (usualmente asentada como una deducción de las partidas por cobrar en el balance) y la pérdida esperada se incluye en gastos de operación actuales. La evaluación de la calidad de las ganancias a menudo resulta afectada por un análisis de las partidas por cobrar y su probabilidad de cobranza. El analista debe estar alerta a los cambios en la cuenta de asignaciones.

b) Análisis de partidas por cobrar

Aunque una opinión no calificada de un auditor independiente confía en la validez de las partidas por cobrar, el análisis debe reconocer la posibilidad de un error de juicio respecto a la cobranza final. También es necesario estar alerta a los incentivos de la administración para declarar niveles más elevados de ingreso y de activos.

I) Riesgo de cobranza

La mayoría de las provisiones para cuentas incobrables se basan en la experiencia pasada, aunque tomando en consideración las condiciones actuales y emergentes de la economía, la industria y el deudor. En la práctica, es probable que la administración le conceda más importancia a la experiencia pasada, debido a la dificultad para predecir las condiciones económicas y de la industria.

El análisis debe tener presente que aun cuando un método basado en fórmulas para calcular la provisión para deudas incobrables es conveniente y práctico, refleja un criterio mecánico que produce errores. El análisis se debe basar en el conocimiento de las condiciones de la industria para evaluar en forma confiable la provisión para cuentas incobrables.

La información completa para evaluar el riesgo de cobranza por lo común no se incluye en los estados financieros. La información se debe obtener de otras fuentes o de la compañía. Las herramientas del análisis para investigar la probabilidad de cobranza incluyen:

• Comparar las cuentas por cobrar de los competidores como un porcentaje de las ventas con las de la compañía que se está analizando.

• Examinar la concentración en cuanto al cliente: el riesgo se incrementa cuando las partidas por cobrar están concentradas en uno o en pocos clientes.

• Calcular e investigar las tendencias en el periodo promedio de cobranza de partidas por cobrar, comparadas con los términos de crédito acostumbrados en la industria.

• Determinar la porción de partidas por cobrar que son renovaciones de cuentas o pagarés previos por cobrar.

Aunque es imposible definir con precisión el momento en que la cobranza de una partida por cobrar es lo bastante dudoso como para requerir una provisión, la pregunta relevante es si el análisis puede advertir acerca de una provisión inadecuada.

El análisis de la posición financiera actual y de la capacidad de una compañía de cumplir sus obligaciones actuales, reflejadas en medidas como la razón actual, también debe reconocer la importancia del ciclo de operación en la clasificación de las partidas por cobrar como circulantes.

El ciclo de operación puede resultar en partidas por cobrar a plazos que no es posible cobrar durante varios años, o incluso décadas, y que se asientan en activos circulantes (por ejemplo, compañías vinícolas). El análisis de los pasivos circulantes debe reconocer esos riesgos de tiempo y ajustarlos.

II) Autenticidad de las partidas por cobrar

La descripción de las partidas por cobrar en los estados financieros o en las notas por lo común es insuficiente para proporcionar indicios confiables acerca de si las partidas por cobrar son genuinas, vencidas y exigibles.

Para mayor seguridad, se recurre a las prácticas de la industria y fuentes de información adicionales. Un factor que afecta la autenticidad es el derecho de devolver la mercancía. Los clientes en ciertas industrias, como las de revistas, libros de texto o juguetes, disfrutan de un amplio derecho de devolución de la mercancía.

El análisis debe considerar los privilegios de devolución. Los privilegios de devolución flexibles pueden afectar la calidad de las partidas por cobrar. Las partidas por cobrar también están sujetas a varias contingencias.

III) Bursatilización de partidas por cobrar

Otro aspecto importante del análisis surge cuando una compañía le vende todas sus partidas por cobrar o una porción de ellas a una tercera parte que, por lo común, financia la venta vendiendo bonos de capital a los mercados de capital. La cobranza de esas partidas por cobrar proporciona la fuente para el rendimiento sobre el bono. Dicha práctica se conoce como bursatilización.

Las partidas por cobrar se pueden vender con o sin recurso a un comprador (recurso se refiere a la garantía de cobranza). La venta de partidas por cobrar con recurso no transfiere realmente el riesgo de propiedad de partidas por cobrar del vendedor.

Las partidas por cobrar se pueden mantener fuera del balance sólo cuando la compañía que vende sus partidas por cobrar le entrega todo el control sobre las partidas por cobrar a un comprador independiente con el suficiente poder financiero. Esto significa que en tanto un comprador posea cualquier tipo de recurso o la compañía vendedora tenga cualquier grado de interés retenido en las partidas por cobrar, la compañía que las vende debe seguir registrando tanto un activo como un pasivo de compensación por la cantidad vendida.

La bursatilización de partidas por cobrar a menudo se logra estableciendo una entidad para propósitos especiales (SPE, Special purpose entity), para comprarle a la compañía las partidas por cobrar y financiar la compra por medio de la venta de bonos en el mercado. Capital One Corporation (que se mencionó en el capítulo 3) ofrece un excelente ejemplo de una compañía que titulariza una porción significativa de sus partidas por cobrar.

3) Gastos prepagados

Los gastos prepagados son pagos anticipados por servicios o bienes todavía no recibidos. Algunos ejemplos son los pagos de renta, seguro, instalaciones e impuestos sobre la propiedad. Los gastos prepagados por lo común se clasifican en activos circulantes, debido a que reflejan servicios vencidos que de otra manera requerirían la utilización de los activos circulantes.