El valor presente neto, también conocido como valor actualizado neto o valor actual neto, cuyo acrónimo es VAN (en inglés, NPV), es un procedimiento que permite calcular el valor presente de un determinado número de flujos de caja futuros, originados por una inversión. Es el método más conocido a la hora de evaluar proyectos de inversión a largo plazo.

La metodología consiste en descontar al momento actual (es decir, actualizar mediante una tasa) todos los flujos de caja (en inglés cash-flow) futuros o en determinar la equivalencia en el tiempo 0 de los flujos de efectivo futuros que genera un proyecto y comparar esta equivalencia con el desembolso inicial. Dicha tasa de actualización (k) o de descuento (d) es el resultado del producto entre el coste medio ponderado de capital (CMPC) y la tasa de inflación del periodo. Cuando dicha equivalencia es mayor que el desembolso inicial, entonces, es recomendable que el proyecto sea aceptado.

Como calcular el Valor Presente Neto

El edificio de oficinas vale $400 000, pero esto no significa que usted ya tenga esos $400 000 más. Usted comprometió $370 000 y, por lo tanto, el valor presente neto (VPN) es de $30 000. El valor presente neto se determina restando la inversión inicial:

VPN = VP - inversión inicial = 400 000 - 370 000 = $30 000

En otras palabras, su edificio de oficinas vale más de lo que cuesta. Hace una contribución neta al valor e incrementa su riqueza. La fórmula para calcular el VPN es:

VPN = C0 + C1/(1+r)

donde C0, el flujo de efectivo ocurrido en el tiempo 0 (o sea, hoy), por lo general será un número negativo. En otras palabras, C0 es una inversión y, por lo tanto, representa una salida de efectivo. En nuestro ejemplo, C0 = –$370 000.

Riesgo y valor presente

Adoptamos un supuesto poco realista cuando analizamos el proyecto del edificio de oficinas. En realidad, su asesor inmobiliario no puede estar seguro del valor futuro de un edificio de oficinas.

Los $420 000 representan su mejor pronóstico, pero no son seguros. Si el valor futuro del edificio es riesgoso, nuestro cálculo del VPN está equivocado. Los inversionistas recibirían $420 000 invirtiendo $400 000 en títulos del gobierno estadounidense, así que no comprarían el edificio por esa suma: hay que bajarlo de precio para atraer el interés de los compradores.

Aquí apelamos al segundo principio de las finanzas: un dólar seguro vale más que un dólar riesgoso. La mayoría de los inversionistas evitan el riesgo cuando pueden hacerlo sin sacrificar los rendimientos. Sin embargo, los conceptos de valor presente y costo de oportunidad del capital conservan su lógica con las inversiones riesgosas. Está bien descontar los pagos con la tasa de rendimiento ofrecida por una inversión equivalente. Pero también tenemos que pensar en los pagos esperados y las tasas de rendimiento esperadas de otras inversiones.

No todas las inversiones son igualmente riesgosas. El edificio de oficinas es más riesgoso que un título de gobierno, pero menos que una empresa nueva de biotecnología.
Supongamos que usted cree que el proyecto es tan riesgoso como una inversión en el mercado de valores y que el rendimiento esperado de las acciones es de 12%. Esta cifra se convierte en el costo de oportunidad del capital, o sea, lo que se sacrifica por no invertir en títulos igualmente riesgosos. Ahora calculemos nuevamente el VPN:

VP = 420 000/1.12 = $375 000

VPN = VP - 370 000 = $5 000

El edificio de oficinas todavía realiza una contribución neta al valor, pero el incremento de la riqueza es menor que en nuestro primer cálculo, con el que suponíamos que el valor futuro del edificio estaba exento de riesgos.

Por lo tanto, el valor del edificio depende del ritmo de los flujos de efectivo y de su incertidumbre. El pago de $420 000 valdría exactamente eso si se pudiera concretar instantáneamente.

Si el edificio no presentara riesgos, como los títulos del gobierno, la demora de un año reduciría su valor en $20 000 y quedaría en $400 000. Y si fuera tan riesgoso como una inversión en el mercado de valores, la incertidumbre reduciría su valor en $25 000, a $375 000.

Si otros inversionistas concuerdan con su pronóstico de un flujo de $420 000 y su evaluación del riesgo, su propiedad deberá valer $375 000 en el momento en que comience la construcción. Si quisiera venderla por un monto mayor, no habría compradores porque ofrecería una tasa de rendimiento esperada más baja que el 12% disponible en el mercado de valores. Por lo tanto, el valor presente del edificio es también su valor de mercado.

Desafortunadamente, muchas veces el ajuste de los valores de los activos es más complicado de lo que indica nuestro ejemplo, tanto por el transcurso del tiempo como por la incertidumbre. Por eso abordaremos los dos efectos por separado. En general, dejaremos a un lado el problema del riesgo en los capítulos del 2 al 7, ya sea tratando los flujos de efectivo como si fueran conocidos con certeza o hablando de flujos de efectivo esperados y tasas de rendimiento esperadas sin preocuparnos por cómo se mide el riesgo.