El análisis de estados financieros es una parte fundamental del análisis de negocios. La meta del análisis de negocios es mejorar las decisiones relacionadas con los negocios, mediante la evaluación de la información disponible acerca de la situación financiera, los planes y las estrategias, así como el ambiente de negocios de una compañía.

El análisis de negocios se aplica de varias maneras y es una parte vital de las decisiones de analistas de valores, asesores de inversiones, administradores de fondos, banqueros inversionistas, calificadores de crédito, banqueros corporativos e inversionistas individuales. Esta sección considera los principales tipos de análisis de negocios.

Análisis del crédito

Los acreedores le prestan fondos a una compañía a cambio de una promesa de repago con interés. Este tipo de financiamiento es temporal porque los acreedores esperan el repago de sus fondos con interés. Los acreedores prestan fondos en muchas formas y para una variedad de propósitos. Los acreedores comerciales (o de operación) entregan bienes o servicios a una compañía y esperan el pago dentro de un periodo razonable, a menudo determinado por las normas de la industria. La mayor parte del crédito comercial es a corto plazo, de 30 a 60 días, y a menudo se otorgan descuentos en efectivo por un pronto pago.

Los acreedores comerciales no reciben comúnmente un interés (explícito) por una extensión del crédito. En vez de eso, los acreedores comerciales obtienen un rendimiento derivado de los márgenes de utilidad del negocio que se realizó. Los acreedores no comerciales (o tenedores de deuda) proporcionan financiamiento a una compañía a cambio de una promesa, usualmente por escrito, de un repago con interés (implícito o explícito) en fechas futuras específicas. Este tipo de financiamiento puede ser a corto o a largo plazo y ocurre en una variedad de transacciones.

En el financiamiento de crédito puro, un elemento importante es la naturaleza fija de los beneficios para los acreedores. Es decir, si la compañía prospera, los beneficios de los acreedores se limitan a la tasa de interés del contrato de deuda, o a los márgenes de utilidad de los bienes y servicios proporcionados. Sin embargo, los acreedores corren el riesgo de incumplimiento. Esto quiere decir que el interés y el principal de un acreedor están en juego cuando un prestatario se enfrenta con dificultades financieras. Esta relación asimétrica del riesgo y el rendimiento de un acreedor tiene un impacto importante en la perspectiva del acreedor, incluyendo la forma y los objetivos del análisis de crédito.

El análisis del crédito es la evaluación de la capacidad crediticia de una compañía. La capacidad crediticia es la capacidad de una compañía para cumplir sus obligaciones de crédito. Dicho de otra forma, es la capacidad de una compañía para pagar sus cuentas. Conforme a eso, el análisis de crédito se enfoca principalmente en el riesgo, no en la rentabilidad. La variabilidad en las utilidades, especialmente la vulnerabilidad de las utilidades durante las depresiones en los negocios, es más importante que el(los) nivel(es) de utilidad. Los niveles de utilidad son importantes sólo hasta el grado en que reflejen el margen de seguridad de una compañía para cumplir con sus obligaciones.

El análisis del crédito se concentra en el riesgo de la empresa durante las depresiones, no en su potencial en la estabilidad. Esto incluye el análisis tanto de la liquidez como de la solvencia. La liquidez es la capacidad de una compañía de reunir efectivo a corto plazo para cumplir con sus obligaciones. La liquidez depende de los flujos de efectivo de la compañía y de la constitución de sus activos circulantes y sus pasivos circulantes. La solvencia es la viabilidad y la capacidad a largo plazo de una compañía de pagar sus obligaciones de largo plazo. Depende tanto de la rentabilidad a largo plazo de la compañía como de su estructura financiera (estructura de capital).

Las herramientas del análisis de crédito y sus criterios de evaluación varían con el término (vencimiento), el tipo y el propósito del contrato de deuda. En el caso del crédito a corto plazo, los acreedores están interesados en las condiciones financieras actuales, los flujos de efectivo y la liquidez de los activos circulantes. En el caso del crédito a largo plazo, incluida la valuación de bonos, los acreedores requieren un análisis a futuro más detallado. El análisis del crédito a largo plazo incluye proyecciones de los flujos de efectivo y una evaluación de la rentabilidad ampliada (también conocida como capacidad sustentable de producir utilidades). La rentabilidad ampliada es una fuente primordial de seguridad sobre la capacidad de una compañía de cumplir con los pagos a largo plazo de interés y principal.

Análisis del capital

Los inversionistas de capital le proporcionan fondos a una compañía a cambio de los riesgos y las recompensas de la propiedad. Los inversionistas de capital son proveedores importantes del financiamiento de una compañía. El financiamiento de capital, también llamado capital social o capital accionario, ofrece una protección o salvaguarda para todas las otras formas de financiamiento de mayor antigüedad. Esto quiere decir que los inversionistas de capital tienen derecho al reparto de los activos de una compañía sólo después de cumplir las obligaciones contraídas con todos los acreedores previos, incluyendo el interés y los dividendos preferentes. Como resultado, se dice que los inversionistas de capital tienen un interés residual. Esto implica que los inversionistas de capital son los primeros en absorber las pérdidas cuando se liquida una compañía, aunque sus pérdidas se limitan comúnmente a la cantidad invertida.

No obstante, cuando una compañía prospera, los inversionistas de capital comparten las ganancias con potencial ilimitado. De manera que, a diferencia del análisis de crédito, el análisis de capital es simétrico en el sentido de que debe evaluar tanto los riesgos como el potencial. Debido a que los inversionistas de capital resultan afectados por todos los aspectos de la condición financiera y el desempeño de una compañía, sus necesidades en cuanto a este análisis se encuentran entre las más exigentes y completas de todos los usuarios.

Los individuos que aplican estrategias de inversión activas utilizan principalmente el análisis técnico, el análisis fundamental, o una combinación de ambos. El análisis técnico, o trazado, busca patrones en el precio o en la historia del volumen de las acciones para predecir los futuros movimientos de precio. El análisis fundamental, aceptado ampliamente y aplicado más a menudo, es el proceso de determinar el valor de una compañía mediante el análisis e interpretación de los factores clave para la economía, la industria y la compañía. Una parte crucial del análisis fundamental es la evaluación de la posición financiera y desempeño de una compañía.

Una meta primordial del análisis fundamental es determinar el valor intrínseco, también llamado valor fundamental. El valor intrínseco es el valor de una compañía (o de sus acciones) determinado por medio del análisis fundamental sin hacer referencia a su valor de mercado (o precio de las acciones). Aun cuando el valor de mercado de una compañía puede ser igual o aproximado su valor intrínseco, esto no es necesario. La estrategia de un inversionista con análisis fundamentales es directa: comprar cuando el valor intrínseco de las acciones excede al valor de mercado de éstas, vender cuando el valor de mercado de las acciones excede al valor intrínseco, y conservarlas cuando su valor intrínseco se aproxima al valor de mercado.

Para determinar el valor intrínseco, un analista debe pronosticar las utilidades o los flujos de efectivo de una compañía y determinar el riesgo de ésta. Esto se logra mediante un análisis más completo y a fondo de las perspectivas de negocios de una compañía y de sus estados financieros. Una vez que se estiman la rentabilidad y el riesgo futuros de una compañía, el analista utiliza un modelo de valuación para convertir esos estimados en una medida del valor intrínseco. El valor intrínseco se usa en muchos contextos: inversión de capital y selección de acciones, ofertas públicas iniciales, colocaciones privadas de capital, fusiones y adquisiciones, así como la compra y venta de compañías sin valores cotizados.